El pueblo amerindio de los mixtecos de la familia lingüística
otomanque, habitante de los actuales estados mexicanos de Oaxaca, Guerrero y
Puebla. La cultura mixteca floreció en el sur de México desde el siglo IX hasta
principios del XVI y sus miembros fueron los artesanos más famosos de México.
Sus trabajos en piedra y en diferentes metales nunca fueron superados. Entre
sus especialidades se podían citar los mosaicos de plumas, la alfarería
polícroma decorada y el tejido y bordado de telas.
Las contribuciones más importantes de los mixtecos son: los
registros pictográficos en códices hechos sobre piel de venado de la historia
militar y social que narran aspectos del pensamiento religioso, de los hechos
históricos y de los registros genealógicos de su cultura; la orfebrería, cuyas
muestras como pectorales, narigueras, anillos o aretes, demuestran que
manejaron con maestría el oro trabajado con la técnica de la cera perdida, así
como el labrado del alabastro, el jade, la turquesa y la obsidiana, entre
otros. Las piezas más notables que se conocen proceden de los enterramientos de
Monte Albán, descubiertos por el arqueólogo Alfonso Caso, y se exhiben en el
Museo Regional de Oaxaca. Otros legados mixtecos son: un calendario análogo al
utilizado por los aztecas y sus técnicas agrícolas.
Entre los siglos XI y XII de nuestra época, los mixtecos adoptaron
una influencia tolteca cuya característica civilizadora los motivó a buscar
asentamientos más estables que los que habían tenido; se dedicaron a dominar a
los zapotecas por medio de invasiones de sus tierras, guerras y alianzas
políticas por matrimonios. De ese modo se apoderaron, por ejemplo, de Monte
Albán, que había sido abandonada por los zapotecas y los mixtecos convirtieron
en necrópolis, enriqueciendo notablemente sus monumentos funerarios. Tanto en
esa ciudad, como en Mitla, aportaron conceptos arquitectónicos evolucionados
como las grecas geométricas de piedras ensambladas que adornan los palacios.
Otras ciudades zapotecas de las que se apoderaron los mixtecos son Zaachila y
Yagul, también en el estado de Oaxaca, con las que se complementa el conjunto
del impresionante legado de estas culturas. Los mixtecos influyeron en el
declive de la civilización maya en el sur, y permanecieron independientes de
los aztecas en el norte. Es posible que la población mixteca actual ronde el
medio millón de personas, distribuidas en 3 regiones principales: la Mixteca
Alta (en las zonas frías de la sierra Madre del Sur), la Mixteca Baja
(siguiendo el curso del río Atoyac) y la costa (estados de Oaxaca y Guerrero).
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