La agricultura ha constituido la base de la economía maya desde la
época precolombina y el maíz es su principal cultivo. Los mayas cultivaban
también algodón, frijol (poroto o judía), camote (batata), yuca y cacao. Las
técnicas del hilado, el tinte y el tejido consiguieron un elevado grado de
perfección. Como unidad de cambio se utilizaban las semillas de cacao y las
campanillas de cobre, material que se empleaba también para trabajos
ornamentales, al igual que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las
plumas de colores.
Los mayas formaban una sociedad muy jerarquizada. Estaban
gobernados por una autoridad política, el Halach
Uinic, jefe supremo, cuya
dignidad era hereditaria por línea masculina, y el Alma Kan, sumo sacerdote. El jefe supremo
delegaba la autoridad sobre las comunidades de poblados a jefes locales o bataboob, capataces de explotación agrícola que
cumplían funciones civiles, militares y religiosas. La unidad mínima de
producción era la familia campesina, que cultivaba una ‘milpa’ (parcela de una
4-5 hectáreas) mediante el sistema de rozas, para atender a sus necesidades y
generar, a veces, un excedente del que se apropiaba la clase dirigente.
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